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Medidas Inteligentes Rastrea las Presiones de Pesca

Un pescador de una pesquería a pequeña escala de Honduras se embarca en una excursión de pesca.
Un pescador de una pesquería a pequeña escala de Honduras se embarca en una excursión de pesca. (International League of Conservation Photographers/Luciano Candisani)

Imaginemos que se tomasen unas pocas mediciones de un pez recién capturado y que con esa pequeña cantidad de información fuese posible calcular con precisión de qué lugar del mar procede. La pesca es vital en muchos lugares del mundo, incluido el Caribe, donde las comunidades de países como Honduras dependen casi exclusivamente de la fauna marina como fuente de ingresos y alimentación. Pero las pesquerías comerciales, los pescadores recreacionales y los turistas han pescado en las aguas que rodean las islas de la región durante siglos, y muchas poblaciones de peces de la región han disminuido drásticamente.  

Habitualmente, para mantener la pesca sostenible, el Consejo de Gestión Pesquera del Caribe implementa estrategias de gestión para las poblaciones de peces comerciales, como las áreas marinas protegidas (AMP), las zonas de no pesca (ZNP) y los derechos territoriales de uso en la pesca (DTUP). Todas estas zonas son áreas designadas del mar donde existen límites en la cantidad y los tipos de pesca autorizados. Las reglamentaciones están diseñadas para proteger áreas particulares de las aguas del Caribe para que las poblaciones de peces se desarrollen y se reproduzcan sin perturbaciones. Pero hacer cumplir estos tipos de reglamentaciones sobre la pesca puede ser difícil. La vasta extensión del océano hace que la vigilancia sea un gran desafío.  

Una forma de mejorar potencialmente la aplicación es revisar en el puerto cuando los barcos regresan con la pesca. La pieza que faltaba era una prueba confiable para determinar el origen de los peces. Steven Canty, de la Estación Marina del Smithsonian en Ft. Pierce, FL, utilizó las mediciones de la forma y la estructura externas de especímenes de peces como método para identificar el área específica de su hábitat. El estudio de Canty demuestra que esta técnica sencilla y rentable podría resultar una manera confiable de gestionar las poblaciones de peces comerciales a pequeña escala en todo el Caribe y, posiblemente, en otras zonas del mundo. 

Canty se centró en el pargo de aleta amarilla de una comunidad pesquera hondureña y comparó tres métodos diferentes de determinar el origen de un pez para ver cuál era el más confiable y rentable: el análisis genético del tejido del pez, el análisis elemental de los otolitos (o huesos del oído) y la morfometría. Esta última es un análisis de las longitudes entre las partes del cuerpo más obvias del pez, como la base de la aleta dorsal o la aleta caudal, y la longitud total del cuerpo. Las mediciones de la forma corporal determinaron el origen del pez con una exactitud de casi el 80 %, mientras que el análisis de los otolitos y el análisis genético lograron una exactitud del 54 % y 52 % respectivamente. La medición de los peces fue, además, el método más económico y rápido de los tres, ya que pudo hacerse inmediatamente en el muelle sin equipo especializado.

 

Un pargo de aleta amarilla sobre una tabla de cortar azul, donde se le hacen mediciones.
Los alfileres de esta imagen muestran 10 puntos de referencia que pueden utilizarse para caracterizar la forma corporal de un espécimen de pez. Las diferencias entre las formas corporales fueron sutiles entre especímenes; no obstante, fueron suficientes para determinar dónde se capturó un pez con una exactitud de aproximadamente el 80 %. (Steven Canty, Smithsonian)

En el análisis de las mediciones, un científico o un responsable de una pesquería usa puntos anatómicos de un pez preestablecidos para determinar la forma única de este. Los peces que viven en hábitats diferentes, aun cuando pertenecen a la misma especie, tienen formas ligeramente distintas. Según la forma que tiene el pez, un responsable con experiencia puede determinar después de unas pocas mediciones de dónde provino.  

Este método no funciona con todas las especies de peces. Da mejores resultados con aquellas que habitan en un área de distribución relativamente pequeña: en este estudio, las poblaciones de especímenes de pargo de aleta amarilla permanecieron en un rango de 2 km2 o menos. Las especies de peces con un alto grado de movilidad, como el atún o el pez espada, no tendrían formas corporales diferenciadas que se vinculen con un área particular del océano. El análisis de la anatomía de los peces tampoco da buenos resultados en poblaciones de peces de mar abierto que viven en entornos muy similares.  

Las especies de los arrecifes con un área de distribución (o territorio) bastante pequeña son los mejores candidatos para este tipo de análisis. Se trata de especies con un alto valor comercial, como el mero, el pargo y los hemúlidos. Canty estima que hasta un cuarto de las especies de peces comerciales a nivel global cumplen con los requisitos para que el análisis corporal dé buenos resultados en la identificación del origen.  

Resulta poco claro exactamente cuáles son las señales ambientales en los hábitats que causan los diferentes rasgos. En el estudio del pargo de aleta amarilla, se analizaron tres ubicaciones que distaban entre 5 y 60 km. Cada una de ellas tenía diferentes corrientes predominantes, profundidades, topografías y composición química del agua. Cualquiera de estos factores podría haber causado las formas particulares de su población residente de pargo de aleta amarilla. Canty sospecha que las diferencias en la dieta también podrían ser un factor clave en las leves diferencias.  

Para mejorar aún más la exactitud de los perfiles únicos de los tres hábitats estudiados, es necesario analizar más mediciones de pargos. Cualesquiera sean las causas medioambientales, este método podría convertirse en una herramienta estándar aplicada a otras especies de peces y entornos para ayudar a conservar importantes poblaciones de peces en los años venideros.